Add parallel Print Page Options

Entonces el rey Acab llamó a uno de sus sirvientes y le dijo:

―Ve a buscar a Micaías. ¡Date prisa!

10 Entre tanto, todos los profetas seguían dando sus profecías delante de los dos reyes, que estaban con sus vestiduras reales, sentados en los tronos colocados en la era junto a la puerta de la ciudad. 11 Sedequías hijo de Quenaná, que era uno de los falsos profetas, hizo unos cuernos de hierro y declaró:

―El Señor promete que con estos cuernos cornearás a los sirios hasta destruirlos.

Read full chapter